La industria de los semiconductores está avanzando más que nunca gracias a las inversiones multimillonarias realizadas en todo el mundo. Empresas como Intel y AMD han empezado a levantar fábricas en otros lugares y hasta Taiwán ha querido dar el paso y llegar a territorio estadounidense. La investigación de nuevas tecnologías y el aumento de la producción son fundamentales. De hecho, ahora Alemania está preparando una ayuda de 20.000 millones de euros para aumentar la producción de chips en el país.
Actualmente, nos encontramos con un conflicto entre varios países respecto al sector de los semiconductores. Hay que cumplir con la demanda creciente de chips, sobre todo ahora con el auge de la IA y a la vez buscan competir entre ellos por ver quién tiene el liderazgo. Tenemos así a Europa, Estados Unidos y China principalmente, aunque tampoco podemos descartar a Taiwán que posee la conocida TSMC. Como bien sabemos, China está aislada de los demás, pues las restricciones americanas y europeas, prohíben al país asiático recibir hardware y máquinas de última generación.
Alemania destina 20.000 millones para impulsar la producción de chips
Mientras existe esta presión constante en China, el resto de países tratan de impulsar la industria local mediante inversiones notables en la industria. Estados Unidos ya lo hizo con la ley CHIPS, pero Europa no se iba a quedar atrás con su propia versión, la que denominamos Ley Europea de Chips y suponía una inversión de 43.000 millones de euros para combatir la escasez de chips y aumentar la producción. Esta se aprobó a principios de año y tenía como objetivo hacer que Europa pudiera conseguir el 20% de la producción mundial de chips en 2030.
Países como Alemania ya se han puesto manos a la obra, pues ahora se va a destinar una ayuda de 20.000 millones de euros para incrementar la capacidad de producción de chips. Esta ayuda económica procede del Fondo para el Clima y la Transformación, la cual se distribuirá entre las distintas empresas alemanas e internacionales antes de 2027.
Esta ayuda está destinada a Intel, TSMC y empresas alemanas
Originalmente, esta inversión denominada KTF tenía como objetivo la “descarbonización de la economía”, pero Alemania ha cambiado su enfoque. Ahora el 75% de estos fondos para la producción de chips van a ir destinados a empresas internacionales. Esto implica que compañías como Intel y TSMC recibirán gran parte de la inversión acordada. Las estimaciones indican que Alemania destinará a Intel unas ayudas de 10.000 millones de euros para la producción de chips con la nueva fábrica en Magdeburgo. Mientras tanto, TSMC y Infineon Technologies recibirán una subvención menor de 7.000 millones de euros.
Esto nos deja con 3.000 millones de euros disponibles como ayudas para otras empresas. Aquí es donde entra la propia industria alemana y podría acabar destinada a GlobalFoundries y las nuevas fábricas del área de Dresde. Aumentar la producción de chips es algo fundamental, ya que en la época de la pandemia COVID-19 sufrimos una escasez mundial y la guerra de Rusia junto a la inflación no mejoró la situación. La inversión que promete Alemania, aunque esté lejos de la Europea, sigue siendo superior a la de otros países como Japón, el cual invirtió 14.000 millones de dólares o India que destinó 10.000 millones de dólares.
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