Sinceramente, con el lastre que arrastra Intel desde hace algunos meses en sus últimas generaciones, todos pensábamos que AMD se había ofrecido un tótem de inmunidad absoluta… Pero el lanzamiento de los Ryzen 9000 parece convertirse en una pesadilla. Hace unas horas mencionamos nuestra perplejidad ante un lanzamiento perturbado y cambios de dirección que plantean dudas (especialmente en el TDP). Pero hoy nos enteramos de que se están acumulando otras nubes. Varios probadores informan de problemas, inestabilidades y, una vez más, deformidades en algunos procesadores Ryzen 9000 después de varios montajes/desmontajes. Es una especie de deformación en la parte inferior del procesador, en el área de los pines, lo que obviamente provoca problemas e incluso un mal funcionamiento total del procesador.
Ryzen 9000: el karma no es bueno
La mayoría de los problemas se resumen así: inestabilidades en el mejor de los casos, bloqueos en ciertas pruebas de rendimiento o, en el peor de los casos, un procesador que deja de funcionar definitivamente. Por lo tanto, nos encontramos en la confluencia de dos fuentes de problemas. Un problema de software, sobre el cual los rumores parecen indicar que AMD está preparando rápidamente una solución… Pero también un problema de hardware con procesadores que se deforman, como ya se vio de forma muy limitada con algunos Ryzen 7000.
¿Problemas de software y “físicos”?
La última sacudida hasta la fecha, el análisis producido por Gamer Nexus, que constata que los últimos procesadores de AMD tienen un rendimiento desigual, especialmente en juegos. Aunque el 9700X muestra buenos resultados en tareas multi-núcleo, no es tan eficiente en juegos, lo que llevó a su eliminación de las recomendaciones para usuarios centrados en juegos por parte del youtuber de cabello largo. Incoherencias que también hemos observado y mencionado públicamente. Lo mismo ocurre con el 9600X.