Entre bastidores, la salida de Pat Gelsinger no va bien

Entre bastidores, la salida de Pat Gelsinger no va bien


La repentina salida de Pat Gelsinger, CEO de Intel, dejó perplejos a más de un socio. Muchos mencionan en los bastidores un método poco común en Intel y se preguntan si la estrategia de la empresa no se está desmoronando. Lo que intriga es la decisión abrupta, anunciada mediáticamente como iniciativa de Gelsinger. Declaró ejercer su derecho a jubilarse anticipadamente. Según fuentes, esta decisión inesperada tendría su origen en una pérdida de confianza por parte del consejo de administración. Incluso se rumorea que tuvo la opción de irse o ser despedido abruptamente. No es necesario ser un analista experimentado para darse cuenta de que el momento y la forma en que se anunció la salida confirman que la salida del CEO no fue voluntaria. Claramente, la mayoría de los observadores consideran que Gelsinger fue el chivo expiatorio sacrificado porque la estrategia adoptada a nivel empresarial no avanza tan rápido como Wall Street desearía.

salida CEO Intel Gelsinger
Gelsinger transformó procajamente Intel, pero los resultados tardaron en llegar.

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Bajo su dirección, Intel apostó fuertemente por expandir sus capacidades de fabricación. Inversiones colosales, planes ambiciosos, pero resultados a medias. Los socios se cuestionan. Erik Stromquist, presidente de CTL, expresa su preocupación: “Pat era la estrategia”.

El nombramiento de Michelle Johnston Holthaus, veterana en ventas y canal, como co-CEO, ofrece cierta estabilidad. Pero persisten las dudas. Los socios quieren que Intel regrese a sus cajamentos: procesadores Core para PC, Xeon para servidores y la incipiente línea Gaudi para IA. Una opción que parece estar respaldada internamente. Frank Yeary, miembro de larga data de la junta directiva de Intel y actual presidente ejecutivo interino, declaró que el fabricante de chips debe “colocar nuestro grupo de productos en el centro de todo lo que hacemos”.

Los problemas de Intel no son nuevos. La feroz competencia de Nvidia y AMD ha erosionado su posición dominante. Los ingresos han disminuido, la cuota de mercado se ha erosionado y los inversores han perdido la paciencia. Pero la raíz de los problemas no es responsabilidad de Gelsinger. Su regreso estaba destinado a “cambiar las tornas”. La brutalidad de su salida oculta la magnitud de la transformación que inició para detener la hemorragia.
La verdad es que el plan de recuperación de Gelsinger, aunque prometedor, no dio resultados lo suficientemente rápido. Los proyectos de construcción de nuevas fábricas, especialmente en Alemania, se han puesto en pausa. Los despidos han aumentado. Una situación que llevó al consejo de administración a tomar medidas drásticas.

Ahora la pregunta es qué estrategia adoptará Intel. La empresa parece haber nombrado un equipo de transición y se espera que llegue un CEO experimentado. Esperemos que el tiempo de espera sea corto y que la estrategia se aclare rápidamente. De lo contrario, las especulaciones se multiplicarán… Una situación que no favorece la confianza de los medios financieros.