En líneas generales, aprendemos que las sanciones estadounidenses se están endureciendo. Esta vez, Estados Unidos está atacando directamente a los dispositivos de producción de chips y memoria de alta velocidad. El objetivo sigue siendo el mismo: evitar que China (y países hostiles) desarrollen su propio modelo de IA o modernicen sus fuerzas armadas a través de tecnologías estadounidenses.
¡Otro endurecimiento de las sanciones estadounidenses!
En esta ocasión, las sanciones son amplias, ya que aprendemos que este tercer paquete de sanciones afecta a unas 140 empresas chinas. De hecho, tan pronto como utilice tecnologías estadounidenses para fabricar dispositivos de fabricación de chips, ya no tiene derecho a exportarlos a China. En otras palabras, Estados Unidos está sancionando a otros países por usted.
Así, tenemos sanciones que afectan a empresas estadounidenses con sede en otros países. En el lote, se pueden mencionar empresas como Intel en Israel o en Malasia, por ejemplo. Además, aunque los países aliados como Japón o los Países Bajos están exentos, las sanciones son tan amplias que podrían verse afectados por las consecuencias a pesar de estar exentos.
Aquí, Uncle Sam tiene como objetivo el suministro de chips de memoria de alta velocidad de China. Este tipo de chip es especialmente útil en el sector de la IA, que es especialmente exigente en memoria y ancho de banda de memoria, especialmente cuando se trata de LLM. No es en vano que tarjetas como las H100 se ofrezcan con 96 GB de HBM3 o 192 GB en el caso de la Mi300X de AMD.
Por supuesto, se puede imaginar que empresas como Micron tienen prohibido exportar este tipo de memoria a el Imperio del Medio. Sin embargo, por efecto rebote, Samsung o SK Hynix se ven afectados por la tormenta. Al pasar, aprendemos que la demanda en China se centra principalmente en memoria del tipo HBM2E.
Por último, destacaremos la respuesta de China a través de su portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian, quien condena este comportamiento. Indica, entre otras cosas, que esta decisión “socava el sistema económico mundial al interrumpir las cadenas de suministro globales”.