Como saben, D. Trump ganó las elecciones presidenciales estadounidenses este año. Ya sea que te guste o no el antiguo nuevo presidente estadounidense, no se puede negar que su política tendrá consecuencias en el mundo de la tecnología. En su programa, prevé la implementación de un impuesto adicional sobre los productos de importación, procedentes principalmente de China, México y Taiwán. Pero “esta elección tendrá consecuencias”.
¡Las grandes empresas acumulan existencias!
Concretamente, el plan de Trump es aplicar un impuesto adicional a los productos de países considerados anticompetitivos. El objetivo es fomentar la reubicación de la producción en Estados Unidos gravando los productos importados. Sin embargo, impuesto significa aumento de precios y las primeras estimaciones son alarmantes, ya que el costo de la factura podría aumentar considerablemente para los productos de alta tecnología. Según el CTA (Ley de Transparencia Corporativa):
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- Portátiles y tabletas podrían aumentar un 46%
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- Las consolas de juegos verían un aumento del 40% en sus facturas
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- Los teléfonos inteligentes tendrían un aumento del 26% en su precio
Un golpe duro para el pueblo estadounidense que vería un aumento significativo en sus facturas. Sin embargo, según el CTA, estas medidas no serían suficientes para fomentar la reubicación de la producción en Estados Unidos. Lo que podría hacer es alentar a las empresas exportadoras a trasladar sus fábricas a países no afectados por estos impuestos, mientras que se reduce el consumo.
Mientras tanto, este plan está poniendo nerviosos a importantes actores de la tecnología. Pensamos en Microsoft, Dell o HP, que están solicitando a sus proveedores aumentar su producción. El objetivo es acumular la mayor cantidad de existencias antes de la implementación de estos impuestos. Además, estas empresas han hecho saber su intención de reducir su dependencia de China y alentar a sus proveedores a abrir nuevas plantas de producción fuera de los territorios afectados por estos impuestos.